miércoles, 29 de junio de 2011

“La vejez”

por Macarena Urenda Salamanca



El tema de la edad  es un tema que debe preocupar  a un país como  Chile  que ve como día a día   el porcentaje de  sus habitantes  adultos mayores va aumentando. Este   asunto de la vejez,  nos plantea grandes desafíos en muchos ámbitos de la sociedad como  el moral, legal,  de salud y  laboral  por mencionar sólo algunos. Todos ellos constituyen  desafíos que deben ser asumidos pero también debatidos ya que,  en un país que hasta hace poco se consideraba  joven,  algunos de estos planteamientos  no encontraban ningún espacio. Sin embargo,  hoy día las cosas están comenzando cambiar y eso  se está reflejando en los medios. Sólo  en estos últimos días,  ha aparecido en la prensa una serie de artículos relacionados con el tema de la tercera edad. Un extenso debate de varios días en la sección cartas al lector,  del diario El Mercurio por ejemplo,    en el que se intercambiaban opiniones y vivencias acerca de la mala vejez y la buena vejez. Esta discusión tocaba una serie de puntos  que si uno  los analiza con mayor detención, dan cuenta  de cómo la vejez a veces depende de una serie de factores que van más  allá de las características personales,  y más bien  tienen  que ver con el entorno social, familiar social y cultural en que a uno le ha tocado desarrollar  su propia vida. Otro ejemplo,  ahora vinculado con la edad en las mujeres,  es el de un artículo aparecido en una revista femenina  con testimonios de mujeres profesionales todas ellas conocidas y exitosas y todas mayores de sesenta años. Allí ellas cuentan respecto de muchos prejuicios sociales y culturales, (entre ellos el machismo propio de la época en que a ella les tocó salir a trabajar)  que les ha tocado enfrentar y como han tenido que aprender de sus errores y enfrentar sus propias carencias para salir adelante.

Pero más allá de los medios, uno se topa a diario con personas mayores En mi trabajo como concejala, me toca convivir  cotidianamente con personas de la tercera edad, en su mayoría mujeres y provenientes de sectores socioeconómicos bajos. Acudo semanalmente a las sedes sociales de los sectores de alto de la comuna de Viña del Mar  donde se reúnen.  Tomo té con ellas,  colaboro en el desarrollo de sus proyectos sectoriales,   admiro sus tejidos y manualidades, observo sus juegos de mesa, me conmuevo con sus relatos de vida y lo más importante,  me maravillo de su sabiduría.  Ellas, ya mayores y algunas con serios problemas económicos y de salud,   destinan un par de horas a la semana para  juntarse. Ese ratito, esperado con ansias,  lo dedican a escucharse,  a reírse y a comer cosas ricas   que ellas mismas han preparado. Es una pequeña pausa,  como me decía una señora el otro día,  que las hace sentirse plenas y vigentes en un país que todavía no  resuelve  en su totalidad algunos temas como el de la vejez y menos esa  más carenciada que es la que vive  en condiciones de pobreza. 

Formar redes de ayuda, compartir testimonios,  investigar, conversar,  buscar ejemplos positivos. Todo ello forma parte del  gran debate nacional en torno a la “buena vejez” que todos queremos lograr para nosotros y para los nuestros. Aprovechemos esa sabiduría femenina que nos caracteriza  y sigamos aprendiendo y  aportando en torno a este tema



1 comentario:

  1. Querida Maca
    Es cierto lo que dices , pienso que la madurez de un país se ve en el trato que éste tiene hacia sus adultos mayores.
    Como me ha tocado tan de cerca ver lo que es el abandono y por su contraparte ver también el cariñoso cuidado que se les puede dar a nuestros padres y abuelos, pienso que sería muy saludable si cada uno de nosotros visitara hogares de ancianos y viera en cada abuelito o abuelita, reflejado el futuro que nos va a tocar. Observar como unos enfrentan con rabia o apatía su nueva vida mientras otros aprenden a adaptarse a su nuevo entorno y sacan de lo que le tocó lo mejor.
    La felicidad es una opción y en la vejez tenemos que tener muy claro eso y en la juventud debemos estar permanentemente sembrando para cosechar mucho amor y cariño.

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