miércoles, 21 de noviembre de 2012

Las Mujeres y el poder: ¿Es posible tenerlo todo?

por Macarena Urenda S
El mundo de las mujeres  de hoy es sin duda un mundo intenso y ocupado. La mayoría somos no sólo somos trabajadoras a tiempo completo sino que también tenemos hijos y nos preocupamos de la tareas del hogar sea como administradoras en muchos casos y en otras como ejecutoras de  gran parte de la tareas domesticas de la casa.

Esta es la realidad que vivimos  mayoritariamente    en nuestro país, y si bien en un primer análisis,    podría explicarse por los resabios machistas de la sociedad en que vivimos, muchos  estudios nos están mostrando otra cosa.  Lidia Héller investigadora argentina que se ha especializado en estudios sobre liderazgo femenino  señala que las mujeres quieren tenerlo todo;  quieren ascender en su trabajo pero no quieren reasignar su rol doméstico “El hogar es un ámbito de poder que muchas no quieren ceder.”  El filósofo francés  Gilles Lipovetsky desarrolla en su libro “la tercera Mujer” una teoría respecto de porqué esto sucede. Para Lipovetsky, las desigualdades que aún persisten en el mundo del trabajo, de la política y otros no se explican sólo como sobrevivencia de valores del pasado, retraso o arcaísmo, que la dinámica igualitaria hará desaparecer en el futuro. El lugar predominante de la mujer en el rol familiar se mantiene no solamente a causa del peso cultural y de las actitudes egoístas de los hombres, argumenta, sino porque estas tareas enriquecen sus vidas emocionales y relacionales, y dejan en su existencia una dimensión de sentido.


Afirma Lipovetsky, " A pesar de la feminización de las carreras y del empleo, el poder económico y político permanece mayoritariamente en manos masculinas. Si las mujeres están asociadas prioritariamente al polo privado de la vida y los hombres al público, esto tiene consecuencias inevitables en la cuestión del poder. Aunque lejos estemos todavía de una sociedad que dé las mismas posibilidades a hombres y mujeres en el acceso a éste, no se debe solamente a los obstáculos masculinos sino a la priorización que dan las mujeres a los valores privados que las vuelve refractarias a la lucha del poder por el poder.
Se espera que en el futuro habrá muchas mujeres en los centros de poder, pero no será el poder político el último bastión masculino en caer; será el poder económico el más lento en abrirse a las mujeres. Estas, sugiere Lipovetsky, manifestarán mayor inclinación por puestos de responsabilidad política que comprometerse en luchas por grandes puestos de poder en las empresas. "Aceptarán mejor sacrificar una parte importante de sus vidas privadas por causas que vehiculicen un sentido de progreso para los otros, que expresen un ideal común, que sacrificarse por funciones económicas marcadas sobre todo por el gusto del poder por el poder".

Para que las mujeres podamos seguir   avanzando y participando  del mundo público  sin tantos costos  en  nuestra vida personal,  es importante tener claro cuáles son  los obstáculos que enfrentamos. Pero  tal vez lo   esencial  sea preguntarse de dónde vienen esas barreras  





jueves, 11 de octubre de 2012

Municipales 2012 : Por qué votar?


por Macarena Urenda Salamanca


Me encuentro inmersa en plena  campaña electoral. Mis días son agitados, intensos, plenos de emociones. Desde temprano en la mañana,  camino por nuestra ciudad bella, recorro los cerros, las calles,  su ferias,  asisto a reuniones, eventos,  celebraciones y en muchas de estas actividades, cuando ya la conversación pasa a ser coloquial e íntima,   escucho la misma pregunta: por qué hay que votar? 

Entre los inquietos suele haber gente de todas las edades;  jóvenes que nunca se han enfrentado a las urnas y que no parecen  encontrar una razón sólida para votar  y personas mayores que han votado en múltiples ocasiones y hoy por razones de salud, cansancio o falta de dinero ya no quieren hacerlo.

Como todos sabemos,  ha habido un  cambio de nuestra ley electoral donde por primera vez en Chile la inscripción es obligatoria y el voto voluntario,  lo que lleva a mucha gente a plantearse la necesidad de efectuar el tramite,  por lo que parece  natural escuchar esta interrogante. Sin embargo,  intuyo que detrás de esa inquietud, se esconde algo más que el cambio de ley y de razones más o menos justificadas para no ejercer el derecho a sufragio.   Percibo en los jóvenes una cierta falta de fe en cómo sus decisiones individuales  podrían incidir en los cambios sociales deseados y  a  corto,  mediano y largo plazo,  afectar positivamente  sus vidas.  A ellos les ofrezco siempre la misma respuesta;  los jóvenes deben involucrarse  y no marginarse.  Es cierto que el voto no es el único modo de manifestarse en democracia pero sigue siendo el más legítimo. Hay un tema de conciencia cívica y de coherencia al expresarse en las urnas que a uno le da el derecho aunque sea moral para luego exigir.  Además de tener la oportunidad de legítimamente elegir a los mejores candidatos. A los mayores les recalco  la importancia de dar el ejemplo frente a los que vienen  y seguir defendiendo un sistema democrático que a pesar de todas sus falencias,  siempre nos ha enorgullecido.

Miremos el voto voluntario como una gran oportunidad;  la oportunidad de integrar mayoritariamente las legitimas opciones de los jóvenes y de seguir ejerciendo ese derecho a  los que somos adultos.   Pasemos a la pregunta realmente decisiva ; por quién votar? donde la repuesta naturalmente debe ser por los mejores,  los que nos convencen con argumentos sólidos y no solamente con caras y eslóganes, los que trabajan por nosotros,  los que hacen de la política un tarea de servicio público y no un camino de beneficio personal.

 Esa es la verdadera pregunta por quién votar?  y los llamo a asumir ese desafío.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Chile: un País moderado


por Macarena Urenda Salamanca

Durante el último tiempo ya nos hemos estado acostumbrando a leer el estado del país a través de las encuestas de opinión. Y no es malo que así sea. El Centro de Estudios CEP presentó recientemente los resultados de estudio nacional de opinión pública n 67. Realizado durante los meses de julio y agosto de este año, los datos provienen de un universo que incluye a la población de 18 años y más,  residente a lo largo del país  excluyendo  a Isla de Pascua. La muestra fue de 1512 personas las que fueron entrevistadas en su hogar en 149 comunas del país.

En términos generales  y pese a los temores y a las creencias que vemos cotidianamente en los medios de la comunicación, los datos de este estudio   muestran claramente que el Chile que se trasluce en la encuesta es un país mucho más sano y moderado de lo que la mayoría de la ciudadanía sospecha. Esto al menos es lo que  se refleja en las cifras que les resumo a continuación.

Para los chilenos los tres principales problemas que a los que debería dedicar el mayor esfuerzo en solucionar el gobierno son: la delincuencia (50%) la educación (45%) y la salud (38%). Respecto de la situación económica del país, un 21% la califica de buena o muy buena, un 47% de ni buena ni mala y un 31 % de mala o muy mala. Un 60% cree que esta  situación económica  no cambiará en un periodo de 12 meses.

En cuanto a la identificación política de los chilenos,   un 60% de los chilenos no se inclina por ninguna tendencia y  un 54% cree que la democracia funciona regular. Para los chilenos   las instituciones más confiables son los Carabineros, las  FF.AA.  y la Radio y un 49%  cree que debiera cambiarse el actual sistema electoral binominal por otro que represente  mejor las diversas opciones políticas de los chilenos.

La mitad de los chilenos según esta encuesta, piensa que  la causa que las personas sean pobres es la falta de educación. Respecto de las razones del éxito económico de las personas para la mayoría están en el nivel educacional alcanzado, el trabajo responsable, y la iniciativa personal. En cuanto a   las condiciones necesarias para surgir en la vida,  un 76% de los chilenos cree que la condición más importante es la educación,  seguido por un  72% que piensa que es el trabajo duro y un 62% que es tener ambición.

En lo que se refiere al financiamiento de la educación,  Un 45 % piensa que las universidades debieran ser gratuitas para los alumnos de hogares de pocos recursos,  un 45% de los padres cree que es bueno que los padres puedan complementar el subsidio educacional que otorga el estado a través de un copago para financiar el colegio de sus hijos mientras que un 39% cree que esa opción debiera estar  prohibida.


En síntesis según lo muestra este estudio la mayoría de los chilenos  tiene claritas las tareas y desafíos  del gobierno,   no se identifica mayoritariamente con tendencias políticas partidistas,  confía en  algunas instituciones aunque no en  todas,  quiere cambiar el actual sistema binominal,  cree en la educación y el esfuerzo como un medio para surgir en la vida,   piensa que la universidad  debe ser gratuita sólo para los más pobres y que es legitimo ayudar a financiar la educación escolar  de los niños mediante un copago.

Buenas noticias para este país: los datos indican que chile es un país moderado  y que se está acercando aceleradamente al comportamiento de los países desarrollados. Bien por Chile. 



miércoles, 8 de agosto de 2012

¡Qué es ser niño?


por Macarena Urenda Salamanca 

Una de las cosas que disfruto los fines de semana es poder leer reposadamente los diarios. La revisión apresurada de los titulares que hago a veces en papel y a veces  por internet durante los días de semana,  el sábado  logro transformarla en al menos una hora de delicia en la cama y acompañada de un rico desayuno. Hace poco en eso estaba, cuando leí una columna muy interesante que  se titulaba ¿Qué es ser adulto? dónde el columnista Rodrigo Guendelman  reflexiona acerca de lo que significa ser adulto en estos tiempos llegando  a la conclusión de que para ser adulto lo fundamental es dejar de seguir buscando culpables externos y hacerse responsable de su propia vida.  Como el mismo dice: “Para crecer,  para cambiar el folio emocional,  para ser realmente grande hay que hacerse un poco de nanai perdonarse perdonar dejar de maldecir y gritar de una vez: se acabó”

En mi tarea de concejala de Viña del Mar me ha tocado asistir a numerosas celebraciones del día del niño y,  observando a tantos niños  jugando y recibiendo dulces acompañados la mayoría de las veces de sus padres,  me he preguntado si estos, los padres,   son realmente adultos.  Porque esa es la cuestión ¿Cómo puedo ser un buen padre si no me he convertido en adulto? Porque… si ser niño significa depender de otros,   ser padre (o madre)  significa hacerse cargo de otros.  Y ¿cómo me puedo hacer cargo de otros si no soy capaz de hacerme cargo de mí mismo? Para vivir realmente la infancia y crecer integrándose de manera armónica y progresiva al mundo de la adultez   un niño requiere  contar en su hogar con la presencia de  al menos un adulto. Ese adulto debe  acompañarlo,  amarlo y  educarlo. Debe contener emocionalmente al niño, manejando  el mismo sus propias emociones, sin  culpas,  con orientación disciplina y por sobre todo afecto y valoración.  Los niños no son responsables de que hayamos tenido un mal día,   un fracaso o una infancia poco  feliz. Ellos están llamados a ser felices y para ello deben vivir su infancia en plenitud.  Nosotros, los adultos,  por muy dura que haya sido nuestra vida anterior o nuestro día presente, debemos entender que ellos son un regalo que ha llegado a nuestras vidas y ese regalo mientras los tengamos con nosotros, hay que valorarlo,  disfrutarlo y cuidarlo. 

viernes, 6 de julio de 2012

Jardín Infantil y Familia: Una relación fundamental


por Macarena Urenda S.

 
En estos días en que la desconfianza y la angustia se han asomado en el espíritu de muchos padres debido a graves acusaciones referidas a abuso sexual de niños por parte de personas adultas y ligadas a instituciones educativas de reconocido prestigio,  es necesario recordar la importancia que tiene la vinculación entre la familia y el jardín infantil en la formación inicial de los niños.   La corresponsabilidad familia jardín infantil se encuentra avalada por la noción de que el hogar y la familia tienen un rol central en el proceso educativo de los niños ya que los primeros educadores son los padres y el hogar es un espacio educativo por excelencia. El  jardín infantil por su parte,  tiene la misión de proseguir y fortalecer con su saber especializado lo que la familia ha iniciado y continúa realizando. 

 
Esta relación sin embargo no  se da de manera instantánea sino que debe ser sistemáticamente desarrollada y fomentada por ambos actores. En primer lugar es crucial  reconocer que debe existir un lazo de confianza y una comunicación permanente entre padres y educadores,  cuyo objetivo central es favorecer la calidad de la formación de los niños. 

Los padres aportan un conocimiento fundamental acerca de sus hijos. Son quienes mejor los conocen y pueden proporcionar importante información a los educadores de las características de ellos así como de las condiciones y situaciones que se están viviendo en el hogar. Esta información permitirá a los educadores  detectar situaciones o conductas anómalas en los niños y también apoyarlos  cuando sea necesario,  así como fortalecer y reforzar los comportamientos infantiles  adecuados. Por su parte los padres deben  reconocer que los educadores del jardín infantil son especialistas en educación por lo que les pueden  proporcionar una ayuda  muy importante  para la educación de sus hijos. Pueden apoyarlos en la socialización primaria y en el desarrollo de  hábitos básicos en la formación de los niños sean estos hábitos de sueño, uso del tiempo libre, descanso,  higiene y alimentación entre otros. Pueden prepararlos para ayudar a sus niños en el desarrollo de habilidades,  cognitivas,  afectivas y sicosociales que serán requeridas para la educación básica.  Finalmente pueden ser grandes  orientadores para los padres  y madres en como fortalecer vínculos de calidad en la interacción en el hogar especialmente si se considera que la mayoría de ellos trabaja fuera del hogar por lo que  tiene poco tiempo para estar con sus hijos. 

La cercanía con el jardín es fundamental para educar a nuestros niños en un desarrollo armónico e integral así como  para  protegerlos de cualquier amenaza que se pueda cernir  sobre ellos. En el mundo de hoy,  los padres debemos estar atentos y construir redes sociales de afecto y protección. Mientras más conozcamos el jardín donde van nuestros hijos mejor será para  ellos.

martes, 29 de mayo de 2012

La felicidad y la economía


por Macarena Urenda Salamanca

En estos días a propósito de los movimientos sociales y de  los  resultados de encuestas de opinión pública respecto de las principales instituciones del estado los que contrastan con los indicadores económicos del país,  ha vuelto instalarse en la agenda pública la vieja discusión acerca de  la relación que existe entre la percepción de felicidad y el estado de la  economía de una nación.  Un buen punto de partida para el análisis de este tema,  parece ser la  revisión de  algunos  conceptos claves asociadas a felicidad.  En general ha habido una creencia de que existe una relación estrecha entre las condiciones adquisitivas de las personas con  calidad de vida, mayor bienestar y como consecuencia de ello, mayor felicidad. Esta relación sin embargo no es tan causal como se percibe,  aunque obviamente existe una gran relación entre estos tres conceptos. 

Según la Organización Mundial de la Salud,  la calidad de vida es “la percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive y en su relación con sus objetivos, sus expectativas, sus normas, sus inquietudes. Se trata de un concepto muy amplio que está influido de modo complejo por la salud física del sujeto, su estado psicológico su nivel de independencia sus relaciones sociales así como sus relación con los elementos esenciales de su entorno” Uno de los conceptos que en ocasiones se utiliza como equivalente al anterior es el de bienestar que se vincula mas bien a factores económicos objetivos. El bienestar individual consistiría en la conciencia de cada individuo de tener satisfechas en gran parte, o todas de sus necesidades personales.  Respecto de la felicidad, entendida como la sensación de bienestar subjetivo,  existen estudios que indican que los 7 factores que más la afectan son relaciones familiares,  situación financiera, trabajo, comunidad y amigos, salud,  libertad personal y  valores personales.

Una de las cuestiones que plantea la economía de la felicidad es la de la relación entre renta y felicidad entendida esta última como la percepción subjetiva que declaran los individuos  acerca de su propio bienestar. La mayoría de los estudios acerca de este tema han concluido que la relación entre felicidad e ingresos existe y es sólida,  es decir,  el dinero sí da más felicidad y quienes tienen más renta se declaran porcentualmente más felices que quienes tienen menos. Sin embargo esta correlación  no es absolutamente  proporcional  ya que hay muchos estudios que demuestran que los incrementos de renta no implican incrementos de felicidad. La tendencia de estos estudios muestra que los ingresos adicionales son realmente valiosos cuando sirven para elevar a las personas por  encima del umbral de la pobreza pero no siguen aumentando progresivamente una vez que las personas han alcanzado un índice de bienestar razonable. 

A partir de lo anterior cabría preguntarse si es importante que el estado intervenga en la economía para posibilitar que la gente sea más feliz fomentando los factores que influyen positivamente en los niveles de felicidad y tratando de disminuir los factores que influyen negativamente en las mismas. A mí me parece que sí,  pero que esto es ciertamente no es una tarea exclusiva del estado.  Todos debemos trabajar y sumar   esfuerzos, desde nuestras diversas posiciones, en: disminuir las brechas salariales con el objetivo de asegurar una calidad de vida digna para todos, mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, establecer políticas que mejoren nuestra calidad de vida familiar, invertir en educación, en tiempo libre y en salud pública. Así no sólo seremos una sociedad más desarrollada y democrática, sino ciertamente una sociedad más feliz