por Macarena Urenda S.
Pese a que en el relato tradicional de los géneros, la
amistad aparece como una virtud masculina, es evidente que la
amistad entre mujeres existe desde la más temprana edad. Para las mujeres es
muy importante descifrar el mundo en compañía y esa compañía desde que somos
muy pequeñas suele ser alguien de nuestro mismo sexo.
Algo que distingue la amistad entre mujeres de otro tipo
de amistades es el ejercicio de la conversación; la amistad femenina opera en
gran parte en el territorio del lenguaje. Esto que puede parecer difícil de
entender para los hombres, se produce
porque las mujeres pensamos que los problemas de la vida se pueden resolver hablándolos por lo que nuestra
estrategia para resolverlos es a través del lenguaje verbal. Entonces, como consecuencia de ello, estamos constantemente generando redes de
conversación y cuando esto ocurre en la vida cotidiana. estas conversaciones se producen con una amiga, la que sabe lo que hay detrás de nuestras
palabras y que también se encarga del sentido literal.
Una típica red de
amigas se caracteriza por la confianza en el vocabulario común, gran
cantidad de preguntas y muchas frases
que ni siquiera necesitan terminarse porque se entienden Es cierto que los asuntos de una misma
conversación pueden abarcar una amplia gama de temas. Como alguien me decía la otra vez; “Una amiga, realmente una amiga, es incondicional, te va a contestar el
teléfono a las 3 de la madrugada para
que le cuentes algo que para ti es
importante, te acompañará al dentista
y te prestará su mejor vestido para ese evento que tienes” Porque
una de las razones porque las mujeres necesitamos tener amigas es porque
necesitamos compartir nuestra intimidad,
necesitamos ser escuchadas y requerimos verbalizar nuestras emociones.
Por eso el compartir un relato de nuestra vida a otra mujer constituye para nosotras un ejercicio
habitual y necesario en la medida en que nos provee de una identidad.
Por otra parte, está probado que las amigas nos ayudan a
llenar los vacíos emocionales de nuestras relaciones con los hombres y nos
ayudan a recordar quienes somos realmente. Un estudio de la universidad de los
Angeles, reveló que, después de 50 años
de investigaciones, se identificó que existen sustancias químicas producidas
por el cerebro que ayudan a crear y mantener lazos de amistad entre las
mujeres. Los investigadores, hombres en su mayoría, se sorprendieron con los
resultados de los estudios. Cuando la hormona OXITOCINA es liberada como parte
de la reacción de las mujeres frente al estrés, ellas sienten la necesidad de
proteger a sus hijos y de agruparse con otras mujeres; cuando pasa eso, se produce
una cantidad aún mayor de Oxitocina, que reduce el estrés más agudo y provoca
un efecto calmante.
Asimismo, se demostró que los lazos emocionales
existentes entre las mujeres que son amigas verdaderas y leales, reducen de riesgos de enfermedades ligadas a la
presión arterial y colesterol. Se cree que ésta puede ser una de las razones de
que las mujeres vivan generalmente más que los hombres. Las mujeres que no
establecen relaciones de amistad con otras mujeres, no muestran los mismos
resultados en su salud. Tener amigas nos
ayuda a resolver nuestros conflictos a vivir con mejor calidad de vida y a
vivir más. En conclusión: la amistad es
también una virtud femenina aun cuando tiene
sus propios códigos.
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